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ONDA CERO. Programa "La rosa de los vientos"

Este programa radiofónico, presentado por Juan Antonio Cebrián, emitió ya hace algún tiempo mi relato titulado "El retrato". Este es el texto íntegro del relato y abajo podréis escucharlo en su versión radiofónica.

                                                    EL RETRATO

Desde aquella noche, que los ruidos, los sobresaltos y el miedo son una constante cada día. Ya no duermo, esperando que lleguen las formas traslúcidas a correr por mis habitaciones, a cerrarse y abrirse las puertas y las ventanas como si una fuerte corriente de aire hubiese penetrado en mi casa. De repente, un armario que se arrastra en el otro extremo del piso y yo me sobresalto, o unas pisadas por el pasillo sin que nadie haya en mi casa que se dedique a estos juegos, pues vivo solo desde hace tiempo y tanto arriba como abajo los pisos fueron abandonados por sus inquilinos.

Al principio era un sueño que se repetía cada noche, despertando yo sudoroso y agotado. Ignoro si en medio del extraño sueño gritaba, aunque no me extrañaría nada, pues fue poco después de aparecer el sueño que los vecinos de arriba se marcharon. Últimamente no saludaban, se escondían de mí cuando me encontraban y alguna vez, girándome de repente, les vi murmurar mientras me miraban y, al instante, disimulaban.

Yo llegaba al trabajo agotado, abatido, con un cansancio terrible, sabiendo que sólo podría dormitar algo por la tarde, pues a la noche siguiente, la pesadilla, fiel a su cita, hacía acto de presencia y me destrozaba. Intenté cambiar las horas de sueño, pero la pesadilla fue apareciendo en el momento en que cerraba los ojos, fuese cual fuese la hora en que me hallase. Parecía que su único objetivo era atormentar el descanso de mi cuerpo y de mi mente.

En el trabajo empezaron a notar la falta de sueño. No había disculpas y decidí abandonar, en espera que un día cesasen las pesadillas, pero poco a poco, casi sin darme cuenta, empezaron los ruidos. Al principio eran sobrecogedores y mis sustos tan mayúsculos que creí que no iba a soportarlo, pero a la que me acostumbré a ellos, empezaron otros nuevos. Ahora ya no sé cuáles van a atormentarme la siguiente noche, mas después de los ruidos llegaron los movimientos.

Puertas y ventanas, sillas, mesas y armarios, luces que se encienden y se apagan. Corté la luz y el teléfono, pero cada noche suena para mayor sobresalto. Pero lo último, lo que ya casi me tiene fuera de mi entendimiento, lo que ya casi no soporto son las figuras traslúcidas desplazándose como si flotaran por toda la casa. De todas las edades, algunas me traspasan y es tanto el terror que siento cuando eso ocurre que me quedo clavado en el sitio, tembloroso, porque son pegajosas y su olor es tan desagradable que, luego, a pesar que aireo mi ropa y me lavo, sigo oliéndolos.

Hoy, he intentado recordar cuándo empezó todo: aquel sueño. Mi memoria me lleva a aquella noche en que ayudé a mi hermano a recoger unos viejos retratos de familia de la casa de nuestros abuelos. Los abuelos vivían en una casa bastante antigua, en las afueras. Nuestro padre dejó la casa pronto para ir a estudiar a un internado, y ya no volvió a vivir con los abuelos. Mi hermano y yo casi nunca visitamos esa casa, pues siendo nosotros pequeños, la dejaron repentinamente para irse a vivir a un apartamento más cercano al centro. Al morir mi padre, dejó en herencia esos viejos retratos para mi hermano, ya que éste les tenía un especial apego. Así que fuimos a recogerlos.

Al llegar a la casa nos dimos cuenta del avanzado estado de abandono en que estaba. El polvo, las telarañas y el olvido lo cubrían todo. Con unas linternas subimos por la gran escalera para acceder al piso superior donde se encontraban los cuadros. La madera crujía a nuestro paso, aunque parecía segura. Cuando llegamos a la habitación donde estaba la herencia de mi hermano, un golpe seco, de alguna ventana que se había cerrado por el viento, nos dio un sobresalto. Allí estaban, apilados, llenos de polvo. Los miramos con prisa, pues ninguno de los dos se encontraba cómodo en la casa y como mostré cierta gracia por uno de ellos, mi hermano, como pago por el favor realizado, me lo regaló para que lo colocase en mi salón. Luego, observándolo con más detenimiento no me pareció nada agradable, aunque, por la memoria de mi abuelo y de mi padre, decidí quedármelo.

Ahora estoy sentado frente a ese retrato, la casa está llena de espíritus, las puertas abriéndose y cerrándose con fuertes golpes, las luces locas y todos esos repugnantes seres con su olor pegajoso, ahora que ya lo recuerdo todo, me miran, me llaman al interior del retrato. No sé cuánto tiempo podré resistirlo. Me atraen, quieren que me vaya con ellos.

Me llaman, me llaman y no puedo abandonarlos...



BIBLIOTECA PAPYRUM. NOVIEMBRE 2007

La idea de la bibliotecaria es ir poblando los estantes de esta biblioteca con los libros que nosotros, los lectores, hayamos decidido adoptar en algún momento de nuestra vida, por una u otra razón. La colaboración de todos los que aman la lectura y dedican a ella parte de su tiempo es primordial para ir llenando las estanterías de esta biblioteca particular. Los libros y el nombre de quien adopta ocupan un lugar privilegiado en esta biblioteca. Además de poder convertirse en un gran archivo, este proyecto puede ser una bonita forma de acercarnos, jugando con las letras, a la lectura.
En la biblioteca he adoptado un libro y he colgado mi crítica este mes de noviembre para que otros usuarios puedan sentirse atraídos por el libro escogido y puedan disfrutarlo como yo.


MÚSICA Y POESÍA. DICIEMBRE 2007-2008

A raíz de un tema musical compuesto por Pepe Acevedo, escribí un poema titulado "Vacío", inspirado por la pieza "Casi te puedo imaginar", que se puede escuchar en internet. La colaboración ha sido una experiencia fantástica y abre las puertas a nuevas maneras de conjugar la música y la poesía. Es muy probable que el tema musical, con el recitado de fondo, esté incluído en el próximo trabajo de Pepe Acevedo.

Otra colaboración de esta naturaleza ha sido con un tema musical de Jaime Helios, con el que escribí un poema titulado "Sueño contigo"


EL BLOG DE JOSÉ ÁNGEL MURIEL. FEBRERO DE 2009

No hace mucho he tenido el placer de contactar con el escritor José Ánel Muriel. Ambos compartimos no sólo el placer de escribir, sino que también la afinidad por la literatura fantástica y editorial. En su blog podréis encontrar una pequeña colaboración de un texto titulado "El retrato", así como otras colaboraciones de otros autores sumamente interesantes.